A consecuencia de la crisis en nuestro país y la excesiva contaminación y consumismo, los ciudadanos están volviendo a sus orígenes poniendo manos en la tierra. Es por esto que los huertos urbanos en sus extensas modalidades proliferan en las ciudades, así como la agricultura ecológica y el consumo de productos naturales.
Es una iniciativa que se está extendiendo cada vez más en las ciudades, en los hogares y en las comunidades de vecinos. Es una demanda cada vez más consolidada, algunos plantan tomateras en sus balcones, otros utilizan las terrazas comunitarias para montar estructuras y enseñar a sus hijos el origen de los alimentos y la importancia del cuidado y los tiempos, otros para buscar un entretenimiento a sus mayores etc…
Hay un creciente interés por recuperar y mantener los orígenes, tanto de forma individual como colectiva, mediante las iniciativas de los ciudadanos a través de organizaciones o a través de su propia comunidad de vecinos. El diseño y ejecución de estos proyectos se realiza por técnicos especializados en paisajismo con la supervisión y garantía de especialistas en construcción y habitabilidad. En Detroit (Estados Unidos), una ciudad arrasada por la crisis económica debido a su vinculación con el sector automovilístico ha apostado por reconvertir los edificios industriales en ruinas y las casas abandonadas en huertos que acojan cultivos de invernadero. Se trata de invertir en tecnología verde e incentivar la agricultura urbana en el suelo abandonado.
Espais per Conviure ofrece la posibilidad de integrar espacios privados de la vivienda o comunitarios con actividades paisajísticas dándole un énfasis especial al cultivo de hortalizas para que se conviertan en espacios de ocio, de diversión, de aprendizaje y de aprovisionamiento de alimentos más sanos.
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