La falta de tiempo y experiencia de los propietarios/as en las numerosas cuestiones legales y administrativas obligatorias en las Comunidades de Propietarios, hace que la figura del «Administrador de Fincas» se consolide como fundamental, con las garantías de un perfecto funcionamiento de la comunidad.
El Colegio de Administradores es el órgano administrativo que tiene, entre otros cometidos, el de tutelar la relación entre los clientes y su administrador, formando y vigilando permanente a los profesionales para que cumplan con sus obligaciones profesionales, teniendo contratado a través del colegio un «Seguro de Responsabilidad Civil y Caución» que cubra sus actuaciones profesionales. Estas garantías son consecuencia de que los administradores son los depositarios de fondos económicos de terceras personas y se convierten en cargos de confianza de la comunidad de propietarios, por lo tanto, para la tranquilidad de los vecinos debe prestarse una garantía suficiente que avale su actividad.
La mayoría de los propietarios/as de una comunidad piensan que:
– La actividad de los administradores colegiados es de interés general y contribuye a garantizar los derechos de las personas en lo que respecta a sus viviendas.
– Es también una actividad fundamental para que se observen las normas y que contribuye a garantizar la seguridad jurídica de los propietarios en el cumplimiento de sus obligaciones administrativas.
– Es una actividad multidisciplinar y de suma importancia por las funciones desarrolladas.
– El trabajo realizado por los administradores de fincas colegiados está amparado por los seguros de responsabilidad civil y caución contratados a través de sus colegios territoriales.
– Los colegios profesionales realizan, eficazmente, una labor de autocontrol disciplinario de la actividad de sus colegiados aplicando el Código Deontológico existente.
La ciudadanía en su conjunto respalda que la profesión de “administrador de fincas” siga siendo colegiada y considerada ya que la desregulación de tal actividad perjudicaría a la gestión de las comunidades, es decir, a la gestión de las viviendas que a día de hoy son consideradas un derecho constitucional. Contratar los servicios de un Administrador de Fincas profesional y colegiado, es hoy por hoy, una elección inteligente.
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